¿Cómo se forma un salar?
Los movimientos de la corteza terrestre han producido la elevación del sector de los Andes centrales durante el período Terciario y Cuaternario, hasta alcanzar la altura actual. Al mismo tiempo se formaron varias cadenas montañosas con orientación Norte-Sur, entre las cuales quedaban depresiones alargadas. Las jóvenes cadenas montañosas comenzaron a comportarse como altas barreras que no pertmiten el paso de las nubes, de manera que las zonas más centrales y protegidas comenzaron a recibir menos lluvia. Lentamente lo que antes era una región sub tropical húmeda, se convirtió en un desierto rojo.
Aproximadamente 20-15 millones de años, la tierra comenzó a vomitar lava y cenizas que comenzaron a formar grandes edificios volcánicos con sus erupciones, a lo largo del actual hito chileno-argentino y en algunas partes internas de la Puna. Este acontecimiento definió el cierre total de estas depresiones alargadas, por lo tanto cerrando y perfectamente circundado con montañas y volcanes. Los cursos de agua y las aguas subterráneas comenzaron a seguir un curso forzoso al centro de estas depresiones. Se condensaron las cientos de fuentes termales volcánicas presentes en ese tiempo en toda la región, aguas enriquecidas por los gases y minerales de erupción de volcanes, a veces altamente corrosivas, eran capaces de lavar las rocas sobre las cuales fueron descargando cantidades enormes y variadas de minerales.
Dada la sequía de esa región, las aguas recogidas en las depresiones andinas se evaporaron, dejando en el terreno, en función del grado de solubilidad, distintos tipos de sal. En la Puna se conocen salares productos en diferentes edades geológicas del Mioceno al Cuaternario.
Los salares y las lagunas que visitamos hoy, son el producto de enorme cuencas saladas y acuíferos formados millones de años. Los salares son por lo tanto el producto de distintos factores competidores: clima árido, depresiones recogidas por montañas y volcanes, una intensa actividad volcánica y termal.
La superficie de los salares no es siempre lisa y plana. Sobre los salare se contradicen formaciones típicas poligonales, cuyos bordes pueden llegar a medir un metro de altura. Estos polígonos se formen por la contracción del sal al secarse.
Además de las formaciones poligonales, se determinarán otras figuras en función del viento, de la cantidad de agua que cae, y en función de la composición mineral de los mismos salares. La corteza de los salares se puede considerar víva o muerta en función de su regeneración cada año, provocada por las precipitaciones durante el período estival.
Fuente: La Puna Argentina, Ricardo N. Alonso